jueves, 18 de septiembre de 2008

Robiñera (3.003 metros), desde la fuente de Petramula – CUMBRE FALLIDA.


1. Fisiografía
El Macizo de La Munia está situado junto al valle de Pineta en las inmediaciones del parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El pico Robiñera supera los tres mil metros por bien poco y queda bastante eclipsado por el monte principal de la zona, La Munia. Aún así las vistas son una de las mejores del Pirineo, debido a su ubicación el pleno corazón del macizo. Se pueden vislumbrar desde el macizo el Balaitus y Garmo Negro (O), hasta el Maladeta y Aneto (E). La Robiñera es una montaña poco conocida y, considerada por muchos como una especie de montón de escombros sin itinerarios atractivos. Aún así, lo cierto es que sobrepasa los 3.000 metros y, desprendida al sur de su vecina La Munia, constituye una especie de balcón colgado sobre la vertiente de Pineta con unas vistas espectaculares, frente a las moles de las 3 soroes y sobre el Valle de Barrosa. Sus laderas están terriblemente erosionadas; no puede resultar una montaña deslumbrante. Con la Munia tan próxima es comprensible que se ignore su existencia, siendo visitada en la mayor de sus ocasiones por su vertiente SE, desde el collado de las Puertas. Sin embargo, Robiñera es un tres mil, una cumbre orográficamente importante que merece ser tomada en consideración.


2. Acceso
Acceso nocturno hasta el mismo, pero en esta ocasión realizando una aproximación el día anterior a la zona del Valle de Pineta, al refugio existente con el mismo nombre del valle próximo al parador. Por la mañana temprano, por el Valle del Río Real, desde Parzan (1.140 m) subiremos por carretera a Chisagüés (1400), modesta aldea ubicada a la entrada de este valle tan poco conocido que custodian las sierras de Llena y Espierba, entre los valles de Barrosa (N.) y Pineta (S.). Se puede continuar en coche unos 7 Km siguiendo la pista que remonta el valle por el margen derecho del río. Subiendo se pasa al borde de praderas y numerosas bordas que atestiguan el influjo de la ganadería. El cauce del río es profundo, no nos aproximaremos a su orilla hasta alcanzar el fondo del valle (1.900 m). La pista describe allí una curva cerrada adentrándose en la Sierra de Liena. Una amplia senda, con aspecto de haber sido utilizada en explotaciones mineras, flanquea la Sierra de Espierba por la ribera opuesta del Río Real. Estacionaremos el vehículo en la pista que se aproxima a la Fuente de Petramula, donde existe algún que otro badén que hay que pasar con algo de cuidado para que no golpeen los bajos del coche.


3. Ascensión
Lugar de salida: Fuente de Petramula (1.900 m. Sierra de Liena).
Cumbre: Robiñera (3.003m, Macizo de la Munia – CUMBRE FALLIDA).
Desnivel teórico: 1.003 metros.
Distancia total: 9 km.
Tiempo: 5,45 h (con descansos, paradas técnicas y reportaje fotográfico
Incluidos).
Integrantes del grupo: Oriol Martorell (26 años) y Manuel Morales (28 años).


Este es un día de aquellos que nada más despertar se vislumbran destellos de energía en el interior de uno. Pese a no dormir en exceso en el Refu, la sinfonía fue tremenda, no estaba excesivamente cansado. Con lo cara que son las entradas a la opera, y los grandes barítonos que se encuentran en los Refugios a un precio más que digno. Pues eso, bien tempranito en formación, con todos los bártulos en el “hall” del Refu, empezamos a preparar las mochilas para la ascensión. Y así partimos con una noche estrellada digna de su contemplación.


Desde el Refugio partimos a Parzán, y nos desviamos a Chisagües, pequeño pueblo oscense situado en el Gr.11 que cruza los pirineos. Seguiremos la pista hasta llegar a la confluencia de varios barrancos, desde aquí se mantiene la misma dirección NW, utilizando el sendero que asciende junto al Torrente de Petramula. Vamos camino de la Estiba, lugar de paso hacia Pineta, pero como no es ese nuestro objetivo giraremos a la derecha N, subiendo por praderas de abundantes pastos y fuerte pendiente.


En este punto nos encontramos con el personaje de la jornada. Un hombre que debería tener unos 65 años, a paso ligero, tal cual cabra montesa, en un santiamén nos atrapa. Este sería fiel compañero hasta los lagos de La Munia o de La Larri. Cuanta sabiduría, cuanta experiencia, cada frase es lapidaria de la propia historia de los pirineos. Una hora con él, equivale a un sin fin de información útil, y que mi disco no paraba de almacenar. Ahora, estamos bordeando el Chinipro, al mismo tiempo nos acercamos al Barranco del Clot donde concluye en el Collado de las Puertas (2.520 m).


Desde aquí, parte la ruta clásica hacia la cima, pero después de un pequeño debate decidimos atacar la cima en su ascenso desde el Collado de Robiñera, una vez alcanzados los lagos. Por tanto, íbamos a acompañar un rato más a nuestro MAESTRO DE LA MONTAÑA. Una vez que nos hallamos en los lagos, hace un frío terrible, no ha penetrado el sol todavía en la zona, y quedan restos de nieve y hielo de las últimas nevadas del mes de mayo, lo nunca visto por nosotros. En esta zona, comenzamos a divisar gran cantidad de tiendas acampadas, por las llanuras de los lagos. La decisión final, fue flanquear el primer lago por su derecha, y desde el segundo, comenzar a trazar la senda de ascenso al collado.


Una vez, nos adentramos por las faldas del collado, apreciamos que el camino es poco claro, aún así decidimos seguir ya que el collado se podía divisar desde lejos. Después de algunos momentos de dudas, afrontamos un pedregal descompuesto de unos 30º, donde ya suponía un gran esfuerzo el no resbalar.


Al poco y para no seguir con aquel sufrimiento, decidimos seguir por una cornisa de roca que confluía con el collado por su parte izquierda. Al trepar, observo que existe una gran cantidad de piedras por la vía que estoy siguiendo atrapadas entre las rocas, y pese a intentar evitarlas desprendo un gran número de ellas hacia la parte inferior. Allí estaba Uri, trepando por el mismo lugar que yo, con tal mala suerte y pese a gritar ¡¡¡PIEDRAS!!! Él no me consigue oír, impactándole una pequeña piedra con forma cortante en su cabeza. Al poco, veo como sigue tocándose la cabeza, esta vez con signos de preocupación. Al fijarme observo una pequeña brecha, que sangra con abundancia. Para no alarmarle, le digo que efectivamente sangra, pero muy poco. Con cleenex, intentamos frenar la hemorragia, pero sigue sangrando sin parar. De esta forma, Uri se asusta un poco, y quiere bajar a que le observen la herida aunque sea en el Refugio (realmente allí le harían poca cosa).


Todo esto nos ocurría a unos 100 metros del collado, y sin saber a ciencia cierta, desde allí, por donde seguiría el camino para hacer la cima. Al llegar al collado, vemos la cosa muy chunga, la mole del Robiñera se nos viene encima pareciendo, desde nuestra posición, que tendríamos que superar algún paso expuesto para conseguir llegar a la cima.


Por su complicación, y dado el momento físico y anímico que padecíamos decidimos bajar por el collado, y acceder de nuevo a los lagos.



Yo aún guardaba una pequeña esperanza, de alcanzar la cima por su vía clásica de ascensión en un último intento, pero Uri estaba muy preocupado por su brecha en la cabeza, y si bien yo no veía excesiva gravedad, me preocupaba que no parara de sangrar. Por este motivo, realizamos un frenético descenso desde el Collado de las Puertas, desde el cual nos plantamos en 45 minutos en la fuente de Petramula. Llego con las rodillas fastidiadas de la bajada, y el cuerpo me pide un remojón. Así que a buscar una zona hábil para poder pegarme un baño. Subiendo un poco por el río encuentro, una pequeña cascadita que me serviría de spa, para poderme pegar un pequeño remojón bajo esta. De esta forma se acabó la jornada deportiva.



Aprovechando la visita era de obligada parada el Valle de Pineta, para observar aquel paraje tan bello formado por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en su cara norte. Cabe señalar, que anteriormente tuvimos que ir al centro de asistencia primaria para que le practicaran unas curas a Uri en la brecha de la cabeza. Un PUNTITO, fue la consecuencia de los hechos. Otra historia que por suerte acabó en un final feliz, en aquel momento nos vino a la cabeza las palabras de nuestro amigo CARLES MARQUES, “el casco no debe faltar en una ocasión similar”.



Manuel Morales Martínez
Peón montañero.


Resto de fotografias de la jornada en: http://picasaweb.google.com/perdidosenelmonte/RobiEra#

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